Un historico del futbol argentino decendio hoy.
El River Plate se fue al infierno. Empató (1-1) con el Belgrano de Córdoba y perdió la categoría. El equipo que más títulos ha obtenido en el fútbol argentino, disputará el Nacional B. Miles y miles de argentinos lloraron desconsoladamente dentro y fuera del estadio. Cuando faltaba poco para que acabara el partido, el árbitro lo suspendió debido al desconsuelo desatado de algunos hinchas que intentaron invadir el campo de juego y descargar su ira contra los jugadores.
Desconsuelo de un jugador de River tras fallar una jugada de gol.
A los cuatro minutos, el ambiente pareció petrificarse. Belgrano anotó un gol de tiro libre, pero el árbitro Sergio Pezzota anuló la jugada por posición adelantada de uno de los atacantes del equipo cordobés.
La reacción de River no se hizo esperar y, un minuto más tarde, el delantero Mariano Pavone recibió el balón de espaldas a la portería, logró darse vuelta y sacar un disparo que el portero Olave no pudo detener. Uno a cero. Pavone lo gritó con alma y vida. Todo el estadio también. Estaban cerca del milagro.
Pero los locales necesitaban un tanto más y les costaba acercar el peligro. Eric Lamela, el joven de 19 años que el Barça quiso llevarse en el 2004, no encontraba socios para desplegar su habilidad.
Escasas ideas
Todo era tesón en el conjunto que dirige Juan José López, pero las ideas escaseaban. Así y todo, River volvió a inquietar a Belgrano. Antes de llegar a la media hora, Pavone y Juan Manuel Díaz desperdiciaron la oportunidad de anotar el gol que le garantizaba permanecer en la Primera División. Pezzota no le señaló un clarísimo penalti a River. Leandro Caruso había desbordado por la izquierda cuando fue derribado por Claudio Pérez.A lo largo de la primera etapa, River hizo el mayor esfuerzo y, a pesar de las imprecisiones, se convirtió en un equipo atacante nato. En el segundo tiempo comenzó a escribirse la historia de esta inédita desgracia riverplatense. A los tres minutos, Pereira perdió la oportunidad de empatar para Belgrano. Fue un aviso. Los jugadores de River se pusieron más nerviosos. Y, a los 16 minutos, Guillermo Matías Farré, aprovechando un descuido de los torpes defensores locales, se vistió de verdugo de los millonarios. El estadio enmudeció. La pesadilla se hizo realidad.
Penalti fallado
River pudo darle la vuelta cinco minutos más tarde, pero Pavone erró un penalti. Tanto le temblaban las piernas que lanzó el balón a las manos del portero Olave. A partir de ese momento, se vivieron las escenas tal vez más tristes del fútbol argentino. River, con 33 torneos en su vitrina y 110 años de historia, no supo cómo remontar una cuesta que tenía la forma de una sentencia. Los jugadores se retiraron cabizbajos, destrozados anímicamente, rodeados por la policía.En las tribunas y plateas estalló el grito "soy de River". No fue un desahogo, sino la expresión de un llanto desconsolado. Ni siquiera los hinchas del Boca Juniors, su rival histórico, atinaron a festejar la desgracia. El fútbol argentino se queda sin su superclásico, al menos por un año. Increíble. El descenso tendrá fuerte consecuencias en el fútbol local.
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